Teoría de Sistemas de Desarrollo (DST).
Texto de Tiago Rama
La teoría de los sistemas de desarrollo, DST (siglas en inglés) es un conjunto de teorías en torno al desarrollo y la evolución orgánicas contrarias al reduccionismo genético, aplicada a la biología por filósofos de la biología.
Esta teoría de la biología nos aporta elementos para profundizar en la experiencia como devenir, como la interacción que se establece entre nuestros procesos y sistemas, con el entorno.
Con la intención de compartir todo aquello que vamos encontrando que nos pueda ayudar a seguir investigando es que realizamos algunas selecciones de pasajes de la Tesis de Maestría de Tiago Rama, quien es parte de este proyecto. La tesis se denomina “Hacia una Psicología del Desarrollo para la construcción de Representación Conceptuales”
Link de tesis completa;
“Fue Susan Oyama (1985) quién sistematizó y presentó de manera crítica -y brillante- varias ideas y preocupaciones desarrollistas que se transformaron en lo que hoy conocemos como la DST.
El principal objetivo de la DST es hacer “biology without these dichotomies”, como señalan Oyama et al., (2001b: 1) refiriéndose a viejas dicotomías como la de nature-nurture o innato-adquirido (paradigmática herencia de la disputa entre innatistas y empiristas), Un postulado central en la DST, es que no hay prevalencia o una particularidad relevante de los genes como aspecto o elemento para el desarrollo de rasgos fenotípicos que ameriten ubicarlos en un pedestal que solo Dios ha sabido ocupar. Todos los recursos de los sistemas de desarrollo que participan en procesos ontogenéticos son igual de importantes y los mismos cumplen un rol fundamental a la hora de explicar el producto resultante.
El desarrollo no puede ser etiquetado como un proceso guiado por algo (dioses o genes); los procesos de desarrollo son una gran y compleja orquesta que carece de director (Griffiths and Knight, 1998: 258). Los procesos de desarrollo son sensibles al contexto, como proclama la DST, entendiendo por contexto como el sistema interno en el que determinados procesos son realizados. Por ejemplo, como previamente señalamos, en el sistema que permite al ADN (o partes del mismo) ser expresado o no en células, distintos factores interactúan para obtener un resultado probable más que predeterminado. A su vez, como la DST entiende que los procesos y los recursos trascienden al organismo, existen claras interacciones -contingentes- entre el organismo que integra el ambiente y el ambiente al que el organismo pertenece. El desarrollo ha de ser entendido en términos de procesos donde distintos recursos están presentes; el desarrollo es un proceso.
Los diferentes estados del sistema son el resultado de procesos previos, el desarrollo no es la suma de estados y recursos, es una compleja interacción causal, donde cualquier estado del sistema es el resultado de previas interacciones entre distintos componentes (Lorenzo and Longa, 2018). Los fenotipos no pueden estar presentes previo a los procesos de desarrollo.
Así, la línea entre individuos y ambiente se vuelve borrosa. La DST puede englobar grandes interacciones en el mundo de los vivos, donde incluso sociedades o colonias pueden ser entendidas como sistemas de desarrollo. Cf. Gordon (2001) para un interesante análisis de la conducta de la colonia de hormigas desde una mirada desarrollista, considerando a la colonia entera como un sistema de desarrollo.
La imortancia de los ciclos de vida (Griffiths and Gray, 1994) y la ontogénesis de la información (Oyama, 1985). Los ciclos de vida son los procesos de desarrollo; los mismos constituyen la noción central de la DST, entendemos. La razón de su importancia es que esta teoría propone un enfoque procedural sobre los organismos: son los procesos y no los sistemas la unidad del desarrollo. La conexión entre ideas desarrollistas y procedurales en biología también se encuentra en el rechazo mutuo a la SM, que en lugar de basarse en procesos. Así, los objetivos de la SM consisten en dar con la explicación de los objetos (fenotipos) que integran al organismo desde una mirada atomista (cf. Waddigton, 1957) propia de la Genética de Poblaciones; la SM “is a theory of the organism as the object, not the subject, of evolutionary forces” (Lewontin,1985: 87). Es en base a esta consideración central que podemos brindar una solución a una crítica varias veces esbozadas en contra de la DST: el genocentrismo permite a la SM distinguir claramente entre individuos y de igual forma entre progentores y descendientes, distinciones que parecen ser fundamentales para explicar la macroevolución y la microevolución; en cambio la DST y su mirada procedural diluye la idea de individuo y de generación.
Es la constancia y repetición de los ciclos de vida lo que posibilita postular entidades en un panorama donde solo encontramos procesos, como lo son la herencia, la evolución y el propio desarrollo.
Este panorama procedural en biología también se trasladada la física, donde se entiende que las unidades ontológicas mínimas también deben de ser entendidas como procesos: “We cannot understand the world we see around us as something static. We must see it as something created, and under continual recreation, by an enormous number of processes acting together. The world we see around us is the collective result of all those processes” (Smolin 2001: 64). Este mismo problema, bajo el rótulo de genidentity, lo comparten otras perspectivas procedurales. La pregunta es pues, si nos basamos en procesos, cómo determinar a un individuo.
Oyama repara que la información no es una propiedad de los objetos -de las “cosas”- sino más bien de los procesos; la información está presente en la interacción entre los recursos que integran los sistemas de desarrollo. Luego, no podemos señalar con el dedo el sistema o recurso en el que la información se encuentra; no hay información sin desarrollo (procesos). “Developmental information is not in the genes, nor is it in the environment, but rather it develops in the fluid, contingent relation between the two. Information itself has an ontogeny.” (Gray, 1992: 177). La prevalencia de los procesos sobre los objetos, y con esta la idea de que los primeros dan lugar a los segundos, junto a la idea que la información se encuentra en los propios procesos serán ideas a explotar para entender las efímeras representaciones conceptuales para el ojo del neurocientífico en el complejo dinamismo de nuestra mente. ”
– Gray, R. (1992) Death of the gene: Developmental systems strike back. En P. Griffiths (Ed.), Trees of life: Essays in philosophy of biology. Dordrecht. The Netherlands, Kluwer: 165–20
-Griffiths, P.E. y R. Knight (1998) What is the developmentalist challenge? Philosophy of Science 65: 253-258.
-Griffiths, P. E. y R. D. Gray (1994) Developmental systems and evolutionary explanation. Journal of Philosophy, 91, 277–305.
-Lewontin, R. C. (1985) Adaptation. En R. Levins y R. C. Lewontin (Eds.), The Dialectical Biologist. Cambridge, MA: Harvard University Press: 65–84.
– Lorenzo. G. y Longa, V. (2018) El innatismo. Orígenes, variaciones y vitalidad de una idea. Editorial Catedra, España.
-Oyama, S., Griffiths, P. E. y Gray, R. D. (2001a) Cycles of contingency: Developmental systems and evolution. Cambridge, MA: MIT Press. -Oyama, S., Griffiths, P. E., y R. D. Gray (2001b) Introduction: What is developmental systems theory? En S. Oyama, 2001a
-Waddington, C. H. (1957) The strategy of the genes. George Allen & Unwin. London, U